Es el nombre de un grupo musical mexicano y es lo que ha ocurrido con dos de nuestras playas; nos hemos quedado sin banderas, en este caso las azules, en una ciudad donde uno de sus activos turísticos son las playas.
Se veía venir, era algo como anunciado. El día 9 de agosto del pasado año, el señor Romaní, hacía balance de la jornada de barbacoas en el Módulo Central de la Victoria. Al final de su exposición, reprochó la emisión de una pieza en televisión, en la que al parecer se mostraba la acumulación de suciedad, pedía la rectificación de la cadena que lo emitió.
Pinchó en hueso, se encontraba en dicha rueda de prensa el autor de dicha información Lorenzo Benítez; que con toda educación pero firmemente le indicó al señor concejal que "usted no ha visto esa información"; de la que él era autor. En dicha pieza, se comentaba la falta de colaboración de algunos usuarios ante el gran esfuerzo del ayuntamiento por mantener los equipamientos en el mejor estado posible.
El señor Romaní, dijo hablar como "portavoz del equipo de gobierno", que no necesariamente tenía que haber visto aquella información, lo dicho, una vez más pinchó en hueso y saco a la palestra ese síndrome de que todo el mundo va contra el equipo de gobierno, Teófila Martínez - no contra el PP, aquí no se presenta a las elecciones, es Teófila - y sus actuaciones.
Siento muchísimo la pérdida de este distintivo de calidad en dos de nuestras playas, ahora habrá que ver si también se va al garete el Certificado de Calidad de la ISO 14000, sobre calidad medioambiental, difícil de sostener ante las declaraciones del presidente de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor, entidad que concede las Banderas Azules.
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