No voy a ser ni el primero ni el
último.Tenía que llegar el día, solo era cuestión de tiempo, que es impasible a
veces más para unos que para otros y sobre todo en estas fechas que se
aproximan.
Sería un desagradecido si no
reconociese tú valía y te diese las
gracias por estos años a mi lado, siempre fiel, guardando en ti mis posesiones,
mis secretos, mis recuerdos, hasta los números de teléfono. Has guardado mi identidad, todo lo que es
importante ante los demás, siempre de mi mano, has salido cuando alguien ha
inquirido sobre mi personalidad o ha reclamado algún débito.
Pero yo sí, yo, necesito seguir
adelante y con alguien que me dé seguridad. Tú has perdido lozanía, prestancia,
su piel está ajada por el tiempo, ha perdido suavidad y tersura. Ya no guardas
como antes mis cosas, las pierdes como, los mayores pierden la memoria.
¿Qué si hay otra? Si, sí que hay,
es brillante, más estilizada que tu, sin
esas anchuras que el paso del tiempo te han salido. No estamos aún del todo
compenetrados, he de reconocer que no la conozco del todo, no llego a ella con
la facilidad que lo hacía contigo; me cuesta. Pero creo que puede ser una buena
sustituta tuya.
De ti no me olvidaré, te guardaré
junto con mis recuerdos; porque tengo claro que en cualquier momento puedo
tener que recurrir a ti, no me fio mucho de lo nuevo, y sobre todo ya a mi
edad, en que las cosas son más difíciles a la hora de organiza y saber dónde
poner cada cosa. Seguro que sí, que si pierdo la nueva, tu estarás hay de
nuevo.
Eso sí, es de tu mismo origen, de
tu mismo color, casi de tu mismo estilo, no todo porque eso es imposible, sobre
todo cuando hablamos de artesanía, como sois vosotras, las carteras de piel de
Ubrique es imposible, sois de similares características, pero con personalidad
propia.
Lo dicho, no te destruiré, te
guardo, por si al final no me adapto a la nueva.