Me desayuno con la noticia de que nuestra alcaldesa Teófila Martínez "justifica la mentira para conseguir matrícula en un centro", flaco favor a la normativa actual, a la legislación vigente que le guste o no - a otros no nos gustan otras leyes - es la que nos rige en materia de escolarización actualmente. Hasta el día de hoy, no había oído a nadie del Partido Popular quejarse de este sistema ni de hacer propuestas en otro sentido, ya sabemos algo más de por donde van las intenciones. Vamos que le encanta esos "Pisos patera censales" de la Avenida en los que figuraban censados diez o doce niños, donde posiblemente, vivía una pareja sin hijos.
Recuerdo la campaña - que costó un dinero - sobre el padrón municipal; para poner los números en regla después de acusar al Instituto Nacional de Estadística de mentir, de falsear los datos sobre la población real en la Capital.
Corría principios del 2008 y con aquellos 14 Agentes Censales el consistorio pretendía demostrar, lo indemostrable; que Cádiz se vaciaba.
Una cosa que todos sabemos y que nadie dice es lo que vemos durante el curso escolar, como a lo largo de la avenida, se apean padres con su hijos uniformados de los autobuses interurbanos. Más los que se pueden permitir utilizar el vehículo propio para dejar a sus hijos en esos colegios concertados. Siempre dije y lo mantengo, que si las poblaciones de la Bahía y alguna más lejana, hicieran una revisión de sus Censos, se llevarían la no muy agradable sorpresa de que están prestando sus servicios sin recibir nada por ello a un buen número de ciudadanos que residen en esas localidades pero por mor del colegio de sus hijos, siguen empadronados en Cádiz capital.
Da la impresión que le ha dado a todo el mundo ponerse del lado de la ilegalidad como medio de corregir o denunciar algo con lo que no está de acuerdo; si nos llaman a la actuación en ese sentido; habrá que recordar alguna frase:
"El hombre libre no es aquel que se preocupa por saber dentro de qué límites legales puede actuar, sino el que se coloca fuera de las leyes, por liberales que puedan ser éstas, con la esperanza de destruirlas." Fernand Pelloutier, anarquista francés.