Un nuevo traslado del monumento a Segismundo Moret Predergast; regresa a su ubicación original a la plaza en renovación de San Juan de Dios en la que ya se ha marcado sobre el granito el lugar en el que se habrá de cimentar el monumento.
Durante bastante tiempo, su monumento fue para mi visión cotidiana desde la ya demolida Comandancia Militar de Marina, y su efigie, erguido con la mirada en dirección al muelle, ideal de tesón y a la vez de refuerzo de un valor la "lealtad" palabra labrada en la parte derecha de la base.
La de historias que habrán transcurrido delante de este monumento; despedidas, esperas de llegadas, movimientos de trabajo en el muelle y de sombras entre bocoyes, cuando los vinos se embarcaban en estos recipientes y que con una puntilla, taladrados, eran aligerados de su carga y cargaba al que lo hacía. Las crisis y la picaresca.
Cincuenta y ocho años desde su traslado, para dejar sitio al Monolito del Trimilenario - ¿Donde está? - un nuevo paseo, esta vez para dejar hueco a uno de los hitos que formarán el monumento al Bicentenario de la Constitución y hacer una gran explanada en una ciudad que si de algo está falta, es de suelo.
Por lo menos se ha conseguido una cosa, que se mantenga el monumento con sus características actuales, no reduciendo su altura, lo cual creo que le restaría prestancia y lo dejaría al reducir su altura próxima a desmanes.
Con la vuelta a San Juan Dios, uno de los valores que destacó en el homenajeado Segismundo, la elocuencia, quedará ahora a vista de pájaro de la balconada del Ayuntamiento, no sé si valdrá de algo para que ese valor perdido sea recuperado en los debates.