Finaliza una semana movida en el plano urbanístico de la ciudad. Toques, retazos, pinceladas de lo que será el nuevo PGOU. No todos los medios se hacen eco de este ya casi "culebrón"; que con maestría -eso piensa ella - intenta ir dosificando nuestra alcaldesa, noticias que ya, no lo son. Hasta los acuerdos de la Comisión de Gobierno, no se los cree nadie. Se da la licencia de demolición del Pabellón Portillo; cuando de el ya solo quedan dos vigas, posiblemente, para que éstas, las derribe la autoridad municipal: algo hay que hacer para salir en los papeles.
Se intenta legalizar en el nuevo documento, lo que ya se ha hecho ilegalmente, reconociendo de ésta forma que lo aprobado en materia de ocupación de espacios, carece de todo viso de legalidad. Los tribunales, parece ser, tendrán la última palabra.
Nuevos espacios expositivos, una nueva denominación para la "multiusos" o "plaza de toros"; como siempre, un intento más de usar el lenguaje con la intención de confundir. El futuro Palacio Metropolitano de Espectáculos, será lo que algunos no quieren; una plaza de toros.
En cada presentación sobre el urbanismo de la ciudad, se repite el mismo estribillo "Centro, cultural, expositivos y de ocio" lo de ocio ya se sabe lo que significa aquí, hostelería. Los mayores de algunos barrios, ya se conocen al dedillo los hoy existentes. ¡Aquí ya nos trajeron el mes pasado!, comentan algunos. Menos cantidad, más calidad y compasión con los mayores y no tan mayores.
Dando un paseo por la memoria, me pregunto ¿Que pasó con el Museo Litográfico?, buscas reseñas sobre el mismo y lleva tiempo con el cartel de "cerrado temporalmente". Ese es uno de los problemas de esta ciudad, demasiadas cosas, se hace con carácter efímero, de poca duración o desmontable ¡Excepto los quioscos!, monumentos a la arrogancia y soberbia del mando yo.
Una buena noticia, la línea cinco de los autobuses urbanos; llegará hasta el polígono de levante de la Zona Franca, por un lado parece ser, que se están dando cuenta que Cádiz llega algo más allá de Puertatierra y por otro; hay que ir facilitando los medios de transporte para los jóvenes que se vayan a instalar en los futuros "palafitos".
La reforma del Mercado Central, parece ser marcha a buen ritmo - compás para unas obras, música en la ciudad- si una semana, giran visita las autoridades municipales, la siguiente, le toca a las autonómicas; cosas de la vida, en la ultima nos enteramos que ésta administración si que he hecho una importante aportación económica, cuando el discurso municipal es el de "ni un euro".
Luego algunos hablan de crispación y malas artes.
Los detallistas deberán estar uniformados, tanto en la vestimenta, como en la gestión y uso de los puestos - si estos típicos lugares de venta, se continuaran llamándose así - ; al final como un híper o supermercado de marcas conocidas, donde todo es igual desde los rótulos hasta el último detalle, ya nada se dejará a la imaginación del detallista. ¿Volverán las bolsas amarillas a inundar la ciudad?, como un homenaje al Simago, que tanto cambió los hábitos de compra.
Arte el Festival de Música, que llena de sones la ciudad, el balance será positivo, ¿alguien lo duda?, aunque solo dieciocho personas - y sin aguantar hasta el final - asistan a una de las audiciones programadas.
La próxima semana, de nuevo la ilusión de los gaditanos - residente y no residentes - pasa por los bombos en el Palacio de Congreso, los pisos de García de Sola; la vida de esta ciudad es una lotería. Aproximadamente a la una de la tarde, treinta y seis, serán algo más felices, hasta que se den cuenta de que les toca buscar un banco, que les dé el dinero. Ese sí que es un toro.
Mientras, se espera la visita del Presidente de Panamá, dentro de todos los actos programados con vistas al Bicentenario, reunió y ofrenda floral en el Oratorio, Medalla de la Provincia en Diputación; Llave en el Ayuntamiento -nos trajimos de América el oro y la plata, y lo devolvemos en medallas y llaves-. Al final de la pataleta - a este no, cuando al otro se la dí - hubo acuerdo, todo sea por el bien común.
Nuevos espacios expositivos, una nueva denominación para la "multiusos" o "plaza de toros"; como siempre, un intento más de usar el lenguaje con la intención de confundir. El futuro Palacio Metropolitano de Espectáculos, será lo que algunos no quieren; una plaza de toros.
En cada presentación sobre el urbanismo de la ciudad, se repite el mismo estribillo "Centro, cultural, expositivos y de ocio" lo de ocio ya se sabe lo que significa aquí, hostelería. Los mayores de algunos barrios, ya se conocen al dedillo los hoy existentes. ¡Aquí ya nos trajeron el mes pasado!, comentan algunos. Menos cantidad, más calidad y compasión con los mayores y no tan mayores.
Dando un paseo por la memoria, me pregunto ¿Que pasó con el Museo Litográfico?, buscas reseñas sobre el mismo y lleva tiempo con el cartel de "cerrado temporalmente". Ese es uno de los problemas de esta ciudad, demasiadas cosas, se hace con carácter efímero, de poca duración o desmontable ¡Excepto los quioscos!, monumentos a la arrogancia y soberbia del mando yo.
Una buena noticia, la línea cinco de los autobuses urbanos; llegará hasta el polígono de levante de la Zona Franca, por un lado parece ser, que se están dando cuenta que Cádiz llega algo más allá de Puertatierra y por otro; hay que ir facilitando los medios de transporte para los jóvenes que se vayan a instalar en los futuros "palafitos".
La reforma del Mercado Central, parece ser marcha a buen ritmo - compás para unas obras, música en la ciudad- si una semana, giran visita las autoridades municipales, la siguiente, le toca a las autonómicas; cosas de la vida, en la ultima nos enteramos que ésta administración si que he hecho una importante aportación económica, cuando el discurso municipal es el de "ni un euro".
Luego algunos hablan de crispación y malas artes.
Los detallistas deberán estar uniformados, tanto en la vestimenta, como en la gestión y uso de los puestos - si estos típicos lugares de venta, se continuaran llamándose así - ; al final como un híper o supermercado de marcas conocidas, donde todo es igual desde los rótulos hasta el último detalle, ya nada se dejará a la imaginación del detallista. ¿Volverán las bolsas amarillas a inundar la ciudad?, como un homenaje al Simago, que tanto cambió los hábitos de compra.
Arte el Festival de Música, que llena de sones la ciudad, el balance será positivo, ¿alguien lo duda?, aunque solo dieciocho personas - y sin aguantar hasta el final - asistan a una de las audiciones programadas.
La próxima semana, de nuevo la ilusión de los gaditanos - residente y no residentes - pasa por los bombos en el Palacio de Congreso, los pisos de García de Sola; la vida de esta ciudad es una lotería. Aproximadamente a la una de la tarde, treinta y seis, serán algo más felices, hasta que se den cuenta de que les toca buscar un banco, que les dé el dinero. Ese sí que es un toro.
Mientras, se espera la visita del Presidente de Panamá, dentro de todos los actos programados con vistas al Bicentenario, reunió y ofrenda floral en el Oratorio, Medalla de la Provincia en Diputación; Llave en el Ayuntamiento -nos trajimos de América el oro y la plata, y lo devolvemos en medallas y llaves-. Al final de la pataleta - a este no, cuando al otro se la dí - hubo acuerdo, todo sea por el bien común.
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